miércoles, 5 de septiembre de 2012


Comienzo este blog como terapia y también como penitencia para así calmar mi conciencia, que la muy sensata no deja de atormentarme todas las noches porque no me queda más sitio en los armarios (bueno...ni en los armarios, ni en las cajoneras, ni en las mesillas, ni debajo de las camas...ya me entendéis, y sino pues ya me entenderéis cuando vaya poniendo fotos).
Para comenzar me presentaré, soy Chica Misteriosa, no es que sea una creída ni una snob, simplemente que no quiero dar mi nombre por posibles represalias de Inditex hacia mi persona por comprar tanta ropa y dejarla en el armario encerrada durante décadas.
Quiero haceros una pregunta: cuántos zapatos necesita una chica? Porque me lo he preguntado un millón de veces y mi madre diría "Seguro que no tantos como los que tienes tú". Pero bueno, a lo que íbamos, que me desvío del tema y como me ponga a hablar de los consejos de mi madre no terminamos nunca. Una chica necesita tantos zapatos como modelitos tenga, porque hay que combinar los colores bien, no queremos ser una Agata Ruiz de la Prada Poligonera, a que no? Pues eso....que necesitamos para combinar los diferentes modelitos que tengamos, y como una casi no tiene ropa...pues casi no tiene zapatos tampoco (a groso modo tengo 3 cajas grandes de tela del Ikea, y el techo de dos armarios, si queréis contar los pares que tengo me avisáis porque yo me cansé en el número 50).
Después tenemos el mundo Complementos, y permitidme decir que MENUDO mundo, porque tiene mil satélites alrededor suyo: tenemos los collares largos, cortos, grandes, pequeños, pulseras de plata, de oro, de algo que no quiero saber qué es pero que me deja la muñeca verde cuando toca el agua, anillos, guantes, bufandas, pañuelos, fulares, y un largo etc. Que yo un día me pregunté: con el calor que hace en verano, quién inventó los pañuelos y fulares? Pues está claro, el que inventó las bufandas, que en verano no tenía cómo ganarse la vida y decidió atormentarnos con otro complemento más a combinar.
Tras ponernos un modelito divino (y a la moda, que sino no salimos de casa), elegir unos zapatos que nos combinen, elegir complementos acorde con el modelito y los zapatos y con la estación en la que nos encontremos (porque será muy fashion y todo lo que quieran, pero en pleno agosto en Madrid a 45º me niego a ponerme vestido y botas camperas, que luego mis pies me dan la noche cantando por sevillanas, que estoy segura que el que dijo que era tendencia vivía con Papá Noel bien fresquito), llegamos al maquillaje, y ay el mundo del maquillaje!!! Que antiguamente sólo se ceñía a base, colorete, sombra y rímel, pero ya no, no no no no nooooooo!!! Ahora tenemos que combinarlo con el modelito y complementos varios, porque no querremos parecer a la Ruperta de Carnaval. Además, desde hace unos pocos años, también las uñas entran dentro de este satélite del maquillaje, pero no sólo las uñas de las manos AH NO, también las de los pies, como si cuando te presentan a alguien éste mirase a tus pies para ver si vas conjuntada o no. Esto es otra estrategia, esta vez de los fabricantes de esmaltes que vieron que las superficies de las uñas de las manos les eran insuficientes para vivir de ello y alimentar a su extensa familia (esto de la familia lo pongo de mi invención porque así nos sentimos hasta mejor por comprar más esmaltes jajajaja). Perooooooooo luego vino el Nail Art, que si alguien no lo conoce, le diré que es la familia tonta de los de los esmaltes, porque compras un montón de esmaltes con purpurina, pegatinas, cristalitos, etc para sólo ponértelo en Navidad porque pareces el árbol de la puerta del Sol con las luces encendidas y sin escatimar en espumillón.
En resumidas cuentas, yo no soy compradora compulsiva, simplemente me dedico a ir combinada y os dejo que me tengo que ir corriendo a comprar esmaltes, que sino hoy no tendrán para comer.

No hay comentarios:

Publicar un comentario